Training, Growth and Virtue: Aims of Education
Formación, crecimiento y virtud: fines de la educación
Enlaces del Item
URI: http://hdl.handle.net/10818/55860Visitar enlace: https://educacionyeducadores.u ...
ISSN: 0123-1294
DOI: 10.5294/pacla.2023.26.3.4
Compartir
Estadísticas
Ver Estadísticas de usoCatalogación bibliográfica
Mostrar el registro completo del ítemAutor/es
Gómez Veas, GermánFecha
2023Resumen
The purpose of this article is to review and put into perspective certain anthropo-logical foundations involved in educational work around the end of education, highlighting that teaching practice cannot avoid them. For the author, it is worth noting that the anthropological components and scope of the aims of education must constitute the center of all educational endeavors. Thus, from the perspective of the philosophy of education, this approach is in line with retaking concepts from the classical philosophy of realism with an Aristotelian basis, to renew the forma-tive commitment that education implies today. Specifically, the author states that, returning to the classical conception of paideia, educating is mainly training. In conclusion, the author emphasizes that educational work, especially in the school environment, has the purpose of effectively helping students reach the fullness of their personal being, specifying five purposes in this process: to inspire students to be surprised about reality and also to awaken their interest in learning and training themselves; educate character around truth, goodness and beauty; develop virtues so that students live in coherence with their existential purposes; training supposes a process of personalization, of personal growth; and finally that education is oriented towards the profound growth of the interior life. El propósito de este artículo es revisar y poner en perspectiva ciertos fundamentos antropológicos implicados en el quehacer educativo en torno al fin de la educación, destacando que la práctica docente no puede eludirlos. Para el autor, vale la pena hacer notar que los componentes y alcances antropológicos de los fines de la educación deben constituir el centro de todo quehacer educativo. Así, desde la perspectiva de la filosofía de la educación, este planteamiento va en la línea de retomar conceptos de la filosofía clásica del realismo con base aristotélica, para renovar el empeño formativo que supone la educación en nuestros días. En específico, plantea el autor que, retomando la concepción clásica de la paideia, educar es principalmente formar. Como conclusión, el autor subraya que el trabajo educativo, especialmente aquel que se da en el ámbito escolar, tiene el fin de ayudar, con eficacia, a que los estudiantes alcancen la plenitud de su ser personal, para lo cual especifica cinco propósitos en este proceso: inspirar a los alumnos para que se sorprendan con la realidad y también para que despierten su interés por aprender y formarse a sí mismos; educar el carácter en torno a la verdad, el bien y la belleza; desarrollar virtudes para que los alumnos vivan en coherencia con sus fines existenciales; considerar que la formación supone un proceso de personalización, de crecimiento personal; y, finalmente, hacer que la educación se oriente al crecimiento profundo de la vida interior.
Palabras clave
Ubicación
Educación Y Educadores, 26(1), e2611