La plegaria eucarística : Una propuesta formativa para afianzar el vínculo entre liturgia y vida

Abstract

Según el Magisterio de la Iglesia, la Sagrada Eucaristía es fuente y culmen de la vida cristiana2 , afirmación que puede igualmente rastrearse en la tradición3 y las Escrituras4 . Más aún, todas las dimensiones de la vida espiritual están ordenadas de acuerdo con la Eucaristía y se alimentan de ella, dado que esta nos transmite sacramentalmente la vida misma de Cristo, que es nuestra Pascua5 . Además, en ella se realiza la comunión con Dios y el prójimo en la unidad del Cuerpo de Cristo, dado que en la celebración litúrgica se unen la Iglesia que peregrina en la tierra, la que da gloria a Dios en los cielos y la que aún se encuentra en camino de purificación en la antesala de la gloria. En cada Eucaristía Dios santifica el mundo y la historia por Cristo y en el Espíritu Santo. De esta forma, en cada celebración nos unimos a la liturgia del cielo y damos voz a la muda alabanza que palpita en la creación entera, en espera de su propia liberación (Rom 8:19- 21). Así, de celebración en celebración vamos asimilándonos con Cristo en la vida trinitaria y contribuimos a la santificación general, hasta que Dios sea todo en todos, en una dirección de 1 Todas las citas bíblicas están tomadas de la Biblia de Jerusalén (1998). 2 CIC 1324, LG 11, E de E, 1 y 13, entre otros. 3 Cfr. al respecto la afirmación de los mártires de Abitinia: “Sine dominico non possumus” y la afirmación de los cristianos que hacía san Ignacio de Antioquía como aquellos que “viven según el domingo”. En ambos casos, el domingo hace referencia a la reunión en asamblea para celebrar los misterios pascuales, es decir, la liturgia eucarística (Benedicto XVI, Homilía en Bari, 2005). 4 1Co 11:23-27 ss.: san Pablo narra la sagrada tradición de la fracción del pan que él recibió y que a su vez transmite, la cual es el relato más antiguo de la Cena del Señor.