Estatuto epistemológico de las humanidades
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URI: http://hdl.handle.net/10818/29436Compartir
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Olano García, Hernán AlejandroFecha
2014Resumen
El 22 septiembre 2013, el Santo Padre Francisco se encontró con el mundo de la cultura en la Facultad teológica regional de Cágliari. El Pontífice habló de encontrar caminos de esperanza, que abran horizontes nuevos a nuestra sociedad. De la solidaridad como modo de hacer la historia, como ámbito vital en el que los conflictos, las tensiones, incluso para que los opuestos alcancen una armonía que genera vida. Y de la Universidad, punto de encuentro entre quien cree y quien no cree, en un esfuerzo en el que la fe puede dar su propia contribución, sin reducir jamás el espacio de la razón.
Agregó Francisco que “Frente a la crisis puede existir la resignación, el pesimismo hacia toda posibilidad de intervención eficaz... La crisis puede convertirse en un momento de purificación y de reflexión de nuestros modelos económico-sociales y de cierta concepción del progreso que ha alimentado ilusiones, para recuperar al ser humano en todas sus dimensiones. El discernimiento no es ciego, ni improvisado: se realiza sobre la base de criterios éticos y espirituales, implica interrogarse sobre lo que es bueno, la referencia a los valores propios de una visión del hombre y del mundo, una visión de la persona en todas sus dimensiones, sobre todo en la espiritual, trascendente; ¡jamás se puede considerar a la persona como “material humano”! Ésta es, quizá, la propuesta escondida del funcionalismo”. Con estas palabras Francisco destacó la función importante de la Universidad, como lugar de “sabiduría” en el que formar al discernimiento y alimentar la esperanza. Un lugar “en el que se elabora la cultura de la proximidad... y de formación a la solidaridad”.