“De marinero a capitán” :Un estudio autoetnográfico sobre los problemas bioéticos desde el rol de enfermería en la toma de decisiones al final de la vida

Abstract

La muerte digna comprendida como la fase final de la vida, en la que se busca evitar el dolor, el sufrimiento, se procura el acompañamiento de familia y amigos, de ser posible, en un ambiente cálido y tranquilo, en el lugar que se elija y en paz. Esta concepción ha venido tomando fuerza desde la perspectiva del respeto por los derechos y la autonomía de la persona. Sin embargo, a pesar de ello el término de muerte digna sigue siendo un tanto controvertido hoy día, debido a que la población en general utiliza como sinónimos los conceptos de muerte digna y eutanasia por tener aparentemente un mismo fin: morir sin sufrimiento. Según lo menciona Blánquez (2014) refiriéndose a Francesca Zapater, es imprescindible saber y conocer los límites de la medicina para así no realizar la obstinación terapéutica (OT) en un proceso más de la vida, la muerte. La obstinación terapéutica, también conocida como encarnizamiento, ensañamiento terapéutico o distanasia, que podría definirse como: La “prolongación de la vida de un paciente con una enfermedad grave o terminal mediante la tecnología médica, cuando su beneficio es irrelevante en términos de recuperación funcional o mejora de la calidad de vida. En tal situación los medios tecnológicos utilizados se consideran extraordinarios o desproporcionados” (Betancourt, 2011). Por otro lado, y desde la perspectiva de las profesiones en salud, la práctica de la enfermería en Colombia se enmarca en los principios de “la Beneficencia, la No maleficencia, la Justicia, la Veracidad, la Solidaridad, la Lealtad y la Fidelidad” (Ley 266, 1996), como guías de acción de una profesión con un marco ético concreto y explícito.