La búsqueda de la trascendencia : Un estudio sobre la lectura Heideggeriana de la crítica de la razón pura

Abstract

El fundamento sobre el que Heidegger quiere hacer filosofía es el hombre, y ve con sospecha cualquier empresa filosófica que busque su punto de partida en un lugar ajeno a este. Para él, las interrogantes de la filosofía se encaminan a una interrogante sobre el hombre y parten de esta, y toda su propia preocupación filosófica se ve permeada por la consciencia de que la búsqueda filosófica solo nace en el corazón del hombre. Detenerse y dejar que la abrumante realidad de la existencia nos golpee es algo ante lo que el Dasein debe enfrentarse para encontrar su esencia: trascender. En su texto Qué es metafísica lo dice claramente: en el fondo de su esencia, Dasein consiste en trascender (Heidegger, 1929, pg. 32). Tal trascendencia consiste en desvincularse de la ocupación irreflexiva con lo ente e ir más allá del ente como tal, tarea que solo puede realizar el hombre por su capacidad de extrañeza. Ante la extrañeza de que las cosas existan viene el asombro casi como un reflejo, y ese asombro tiene una consecuencia, la investigación metafísica. Heidegger lo describe de la siguiente manera: Solo sobre el fundamento de dicho asombro, esto es, del carácter manifiesto de la nada, surge el «¿por qué?». Y solo en la medida en que el porqué es posible como tal, podemos preguntar de manera determinada por los fundamentos y por el fundamentar. Solo porque podemos preguntar y fundamentar le ha sido confiada a nuestra existencia el destino de investigar. La pregunta por la nada nos sitúa a nosotros mismos, los que preguntamos, dentro de la pregunta: nos pone en cuestión. Es una pregunta metafísica. (Heidegger, 1929., pg. 42). El asombro, la trascendencia y la metafísica están en el fondo de la esencia del hombre y son los elementos que configuran el quehacer filosófico para Heidegger. “Desde el momento en que existe el hombre, acontece de algún modo el filosofar.