Locura, disidencia y transducción
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URI: http://hdl.handle.net/10818/31081Visitar enlace: http://palabraclave.unisabana. ...
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ISSN: 0122-8285
DOI: 10.5294/pacla.2017.20.3.5
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Stewart Walker, CraigFecha
2017Resumen
El artista disidente ruso Piotr (o Petr) Pavlensky recibió atención internacional luego de que en 2013 se transmitiera un video en el que aparecía sentado con los testículos clavados a los adoquines de la Plaza Roja de Moscú. Posteriormente, se reveló que el incidente hacía parte de una serie de acciones artísticas de Pavlensky, que incluyeron coserse la boca, aparecer desnudo dentro de un rollo de alambre de púas frente a la sede de la Asamblea Legislativa, construir una barrera de neumáticos en llamas en el centro de San Petersburgo, haciendo alusión a los levantamientos políticos en Kiev, cortarse su propia oreja mientras se sentaba desnudo en la pared del Hospital Psiquiátrico de Serbsky y prender fuego a las puertas de madera del cuartel general del Servicio Secreto ruso. Aunque las autoridades rusas han intentado en varias ocasiones tratar a Pavlensky como si estuviera criminalmente loco, él sigue defendiendo de manera articulada sus actividades como obras de arte político disidente. Este artículo explora la idea de que Pavlensky usa deliberadamente la transducción como una herramienta por medio de la cual su trabajo cobra sentido. Pavlensky invoca conscientemente dos campos diferentes de interpretación cultural. La primera es la adhesión de las autoridades al Código Penal ruso, que se utiliza para ejercer un control despótico sobre el pueblo ruso. El segundo es el discurso internacional que rodea el arte de vanguardia, que defiende la libertad de expresión, incluidas las obras disidentes. Al asegurar que hay una transducción de su trabajo desde el primer campo al segundo, Pavlensky crea una colisión de opinión en la que la legitimidad de la política estatal de Rusia es desafiada y deslegitimada. Russian dissident artist Pyotr (or Petr) Pavlensky received international
attention after a video was broadcast in 2013 that depicted him sitting in
Red Square in Moscow with his scrotum nailed to the cobblestones. The
incident was later revealed to be part of a series of works of performance
art enacted by Pavlensky, which included sewing his own mouth shut, appearing
naked within a coil of barbed wire in front of the legislature, building
a mock barrier of flaming tires in downtown St Petersburg in imitation of
the political uprisings in Kiev, cutting off his own ear while sitting naked on
the wall of the Serbsky Psychiatric Hospital, and setting fire to the wooden
doors of the headquarters of the Russian Secret Service. Although the Russian
authorities have attempted on several occasions to treat Pavlensky as if
he were criminally insane, he continues to articulately defend his activities
as works of dissident political art. This article explores the idea that Pavlensky
is deliberately using transduction as a tool through which his work
achieves meaning. Pavlensky consciously invokes two different fields of cultural
interpretation. The first is the adherence of authorities to the Russian
Criminal Code, which is used to exert despotic control over the Russian people.
The second is the international discourse surrounding avant-garde art, which champions freedom of expression, including dissident works. By
ensuring that there is a transduction of his work from the first field to the
second, Pavlensky creates a collision of opinion in which the legitimacy of
Russian state policy is challenged and delegitimized.
Palabras clave
Ubicación
Palabra Clave Vol. 20, No 3 (2017) p. 686-701
Lugar
Colombia