@misc{10818/55866, year = {2023}, url = {http://hdl.handle.net/10818/55866}, abstract = {After the global crisis of the recording industry, popular music has had to rethink itself to avoid perishing. Its alliance with transmedia business and—narrative—logic has been part of that transformation. Music video remains necessary for the multilateral and transmedia music promotion. Through these formats, users create and share content concerning the artist’s visual universe, making it viral and results exponentially. This supposes the first form of expansion of music video in its transformation into the logic of di-gital ecology in a post-television era. However, the music video has another aspect of growth with its extension through the visual album where each music track corresponds with a visual track; it uses mechanisms that uni-fy the messages or references, for example, as repetitive visual motifs (the-matic motifs, similar images, locations, or characters). The visual album allows another way of promoting record works: before, they were sold through two/three singles; now, an attempt is made to extend the life span of records, generating consolidated worlds of meaning. This imaginary is achieved with unity and diversity through rhetorical figures of repetition or quotes from other cultural texts, composing storytelling for music per-sonae. Projects such as Beyoncé’s three visual albums (Beyoncé, 2013; Le-monade, 2016, and Black is King, 2020), Dirty Computer by Janelle Monaé, and El mal querer by Rosalía are examples of a new form of music albums, where the musical artist is resignified with these resources for a new con-cept of body and performance.}, abstract = {Tras la crisis mundial de la industria discográfica de los años noventa, la música popular y su industria han tenido que repensarse. Su alianza con el negocio transmedia y su lógica narrativa han sido parte de esa transformación. El vídeo musical sigue siendo necesario para la promoción multilateral y transmedia de la música: a través de estos formatos, los usuarios se involucran en la creación de contenidos en relación con el universo visual del artista y los comparten y hacen virales. Esto supone una primera forma de expansión del vídeo musical en su transformación dentro de la lógica de la ecología digital en una era postelevisiva. Sin embargo, el video musical tiene otra vertiente de expansión con su extensión a través del álbum visual, que supone una correspondencia de cada pista musical con una pista visual, donde utiliza mecanismos que unifican los mensajes o referencias, por ejemplo, como motivos visuales repetitivos (motivos temáticos, similares imágenes, lugares o personajes). El álbum visual permite otra forma de promocionar los trabajos discográficos: antes se vendían a través de dos o tres sencillos; ahora se intenta alargar la vida útil de los trabajos discográficos, generando mundos de sentido consolidados. Este imaginario propio se logra con una combinación de unidad y diversidad a través de figuras retóricas de repetición o de citas de otros textos culturales, componiendo narraciones o storytellings personales. Proyectos como los tres álbumes visuales de Beyoncé (Beyoncé, 2013, Lemonade, 2016 y Black is King, 2020), Dirty Computer de Janelle Monaé y El mal querer de Rosalía son ejemplos de una nueva forma de hacer álbumes musicales, donde el artista musical se resignifica y aporta recursos para un nuevo concepto del cuerpo y la performance.}, publisher = {Universidad de La Sabana}, title = {Music Video and New Logic of Media Ecology: Extending the Format Toward the Visual Album}, title = {Video musical y nueva lógica en la ecología de los medios: extensión del formato hacia el álbum visual}, doi = {10.5294/pacla.2023.26.2.6}, author = {Sedeño-Valdellós, Ana María}, }