@misc{10818/63750, year = {2015}, month = {6}, url = {http://hdl.handle.net/10818/63750}, abstract = {En 1973, como joven estudiante graduado en química orgánica en la Universidad de Harvard, influenciado por la visión clarividente de mi asesor Frank Westheimer acerca de que “el futuro le pertenece a la biología”, me anoté en el curso introductorio de genética dictado por James Watson. Tres veces por semana, caminaba de mi laboratorio a los Bio Labs (Laboratorios de Biología de la universidad), cuya entrada estaba flanqueada por Bessie y Victoria, las dos enormes esculturas de rinocerontes que hacían guardia desde la década del ‘30, momento en que la biología trataba acerca de animales y plantas grandes, no de sus microscópicos genomas y proteomas.}, publisher = {Universidad de La Sabana}, title = {Sobre genes aislados y enlaces covalentes. Un recuerdo personal de Myriad Genetics}, author = {Goldstein, Jorge A.}, }