@misc{10818/50511, year = {2022}, month = {1}, url = {http://hdl.handle.net/10818/50511}, abstract = {Esta tesis empezó con el deseo de tratar una serie de preguntas que, en lo personal, me han perseguido una buena parte de mi vida y que se exacerbaron cuando entré en el mundo de la filosofía: ¿Por qué el ‘Dios de los filósofos’ suele ser un Dios gris y despersonificado? ¿Por qué parece que este Dios es solo un cúmulo de propiedades infinitas y perfectas que está radicalmente separado de nosotros? ¿Por qué este Dios no tiene ninguna relación con el amor? ¿Por qué estudiar metafísica teodicea (la existencia y los atributos de Dios) y convencerse de que esos argumentos defienden la verdad sobre Dios no es suficiente para que la persona crea vivencialmente en Él? ¿Por qué este tipo de conocimiento no nos mueve a actuar y a hacer cosas que lo reflejen? ¿Por qué, por otro lado, tenemos personas que nunca se han preocupado por estudiar ‘filosóficamente’ a Dios y aún así parecen conocerlo mejor que quienes sí lo han hecho? ¿Por qué el Dios de estas personas es un Dios más bonito y cercano? ¿Por qué estas personas tienen una certeza de Dios que no tienen aquellos que estudian, se creen y son convencidos por los argumentos de la metafísica teodicea? ¿Por qué estas personas sí son movidas a actuar por el conocimiento que tienen de Dios? Preguntas de este estilo me llevaron a pensar que debe haber una diferencia sustancial entre la manera en que los ‘filósofos’ conocen a Dios y como estas ‘otras personas’ conocen a Dios, pues los efectos vivenciales en cada uno de estos grupos son radicalmente distintos. Estas ‘otras personas’ son un grupo amplio, para reducirlo me concentré en personas que son considerados místicos por la tradición. Uso el misticismo como un filtro para excluir personas que solo aparentan tener una relación y conocimiento de Dios.}, publisher = {Universidad de La Sabana}, title = {Conocimiento místico de Dios : Una aproximación desde Teresa de Ávila y René Descartes}, author = {Ocampo Guzmán, Juliana}, }